miércoles, 29 de febrero de 2012

Volver a la Unidad Mente-Cuerpo: una práctica extraña desde el lejano Oriente?

Hay quienes piensan que la mente controla al cuerpo -como si un pequeño ser alojado a la altura de la cabeza girara perillas, presionara botones, jalara palancas y así -sin mayor cariño y atención- manejara al resto del organismo. Hay quienes dan por sentado que la mente y el cuerpo están juntos y ni siquiera se lo cuestionan; hay quienes creen que estas ideas son patrañas. Hay quienes han decidido -conciente o inconcientemente- abandonar al cuerpo a su suerte...

También hay quienes desde la sabiduría de las antiguas tradiciones espirituales dicen que es un camino que se debe cultivar - un trabajo que se debe realizar. Por supuesto que ante esto, hay quienes reaccionan y protestan contra estas extrañas ideas provenientes quién sabe de dónde, que dicen que hay que hacer quién sabe qué, poniéndose quíen sabe cómo.

Lo cierto es que, en realidad, la práctica de unir mente y cuerpo puede ser muy sencilla y natural, aunque necesita de cierta disciplina. Tiene que ver con estar plenamente presente en lo que uno está haciendo. Una de las prácticas donde, por excelencia, se une el cuerpo y la mente es la meditación sentada. En ella se busca poner el foco de atención en la respiración, volviendo a ella cada vez que uno se distrae.

Sin embargo, este artículo trata sobre la meditación, sino que sobre otras prácticas físicas que podrían considerarse como "meditación-en-movimiento". A estas alturas probablemente nos resulte familiar el Yoga, o algunas artes marciales como el Karate, el Kung Fu, el Tai Chi o el Aikido. Todas ellas son prácticas donde también se busca una retornar a la unión cuerpo-mente, y todas ellas coinciden, al igual que en la meditación sentada, en la atención a la respiración en comunión con la sensación corporal de moverse... la pulsación de estar vivo. No me cabe duda que practicando cualquier de ellas, y poniendo suficiente atención a la respiración y al cuerpo más que a la chicharra mental, usted podría beneficiarse muchísimo.

Pero si aun estas prácticas le resultan extrañas, lejanas, ajenas o de algún modo sospechosas, yo le recomiendo que pruebe trotar... sí, trotar...correr...running... eso de la maratones... Se imagina usted a un lama tibetando practicando "running" o entrenando para un maratón? y si así fuera, ¿qué tiene que ver el "running" con la meditación y esta práctica de unir el cuerpo y la mente?

Les dejo este video del Sakyong Mipham Rimpoché -cabeza del linaje Shambhala- explicando un poco esta curiosa relación entre la meditación y la archiconocida práctica del trote. Espero los inspire a mover el esqueleto (y unirlo con su mente)



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